miércoles, enero 13, 2010

Comentarios anónimos relacionados con Poncho Zuleta, publicados en 2006 en nuestro blog

Apreciado FRAVA, soy vallenato, y aún que comparto algunas de tus apreciaciones, no estoy de acuerdo con cierto segmento de tu nota, específicamente, la primera parte. Me parece desobligante la forma en que te refieres a una expresión folclórica que como la nuestra, aglutina grandes masas, y que bien o mal identifica culturalmente una región colombiana. No soy un fanático de este aire, escucho solo dos o tres de sus interpretes y además, soy consciente de la desnaturalización que ha sufrido este ritmo dado los intereses económicos que giran a su alrededor. Y ni hablar de la forma en que se ha saturado el ambiente y también por el mismo propósito, el económico. Pero en sus orígenes el vallenato era otra cosa, fueron los versos del vallenato los encargados de difundir los acontecimientos que ocurrían en la comarca. Pero en fin, de nada sirven estas explicaciones para alguien que parece presa de las pasiones.

A mí por ejemplo, no me gusta para nada el porro, su melodía la identifico con miseria, ignorancia y atraso. Pero aún así, sería incapaz de adelantar una campaña tendiente a desprestigiarlo. Cada quien oye lo que le da la gana. Simplemente, procuro no entrar en lugares donde se difunda ese ritmo. Lo mismo que por ningún motivo acepto una invitación a esa barbarie de la cual disfrutan los sucreños cada 20 enero. Otra cosa, me parece estrambótico que una pieza musical lleve por nombre “rabo pelao”, “san pelayo”,.o que un grupo musical lleve por nombre “banda de chochó”

Pero Juán, estoy totalmente de acuerdo con la última parte de tu escrito. Es más, creo que te quedaste corto en tus apreciaciones, o te ocupaste de lo más superficial. No entiendo por qué dejaste de lado lo más grave. Permíteme ampliar un poco al respecto.

CURRUPCION. Nadie le ha sacado más provecho al vallenato que la familia Araujo, la cual, cada año, durante el FESTIVAL VALLENATO, invita a los más altos funcionarios del estado para emborracharlos y ponerles a su disposición hermosas chicas incluso, del mismo clan, para luego pasarles la cuenta de cobro: puestos en el alto gobierno, contratos y aportes para sus fundaciones “sin ánimo de lucro”. El nombramiento del actual Procurador Edgardo Maya Villazón, se gestó en una de estas francachelas en plena tarima Francisco el Hombre, Los Araujo no cantan ni hacen composiciones, escasamente silban, y sin embargo, capitalizan como nadie los beneficios económicos que reporta el folclore vallenato.

NARCOTRAFICO. Nadie como los intérpretes de este folclore ha visto crecer su patrimonio gracias al comercio ilegal de los alucinógenos. Sujetos como Diomedes Díaz, Poncho Zuleta, Jorge Oñate, Farid Ortiz, Beto Zabaleta, Silvestre Dangond, por nombrar solo unos pocos, han experimentado crecimientos desorbitados de sus patrimonios, presentando como fachada la música. Y solo por haberse congraciado con los grandes capos del negocio ilícito de los estupefacientes. No podemos olvidar que Diomedes Díaz y Poncho Zuleta fueron los predilectos de Pablo Escobar a la hora de animar sus fiestas estrambóticas. Si nos remontamos una década atrás, nos encontraremos con que Rafael Orozco, el cantante del grupo Binomio de Oro, fue asesinado en Barranquilla por orden de alias “caracol” cuando Orozco quiso tumbarse un dinero producto de la venta de un cargamento de droga introducido a Estados Unidos. Tanto Farid Ortiz como alias Diomedito han sido condenados por asuntos de drogas. Este último aún purga su pena en los Estados Unidos.

VIOLENCIA. En este tema los intérpretes del vallenato han sobresalido significativamente. El asesinato y violación de Doris Adriana Niño por parte de Diomedes Díaz y su grupo de escoltas, puso de presente el otro rostro de ciertos cantantes vallenatos. Tampoco se puede echar de menos que el sujeto Diomedes Díaz fue protagonista de una fuga cuando por los hechos arriba mencionados purgaba cárcel en Valledupar, yendo a parar a un territorio de la Sierra Nevada de Santa Marta donde fue protegido por alias 39, uno de los lugartenientes del jefe paramilitar Jorge 40. A pesar de todo, Diomedes Díaz concurrió y actuó en muchos eventos públicos, fiestas y festivales donde hacían presencia también las autoridades del estado sin que se procediera a recapturarlo. Todo esto sin mencionar el sinnúmero de escándalos protagonizados por este sujeto en estado de alicoramiento y bajo el efecto de los alucinógenos. Particularmente, considero que, de ser cierto que la vida es consecuencia de la voluntad de un ser supremo, la presencia de Diomedes Díaz en este mundo es la prueba fehaciente de que Dios no es infalible y de que a menudo se equivoca.

Pero de todos estos personajes, pseudo artistas, pudiéramos decir sin caer en exageraciones que el más siniestro de todos es Poncho Zuleta. Su debut de criminal fue por lo alto: una masacre a orillas del río Guatapurí, fuente de aguas cristalinas que han servido de inspiración a muchos de sus cantos. Allí murieron salvajemente siete personas y se utilizaron para consumar el hecho objetos contundentes: hachas, monas, machetes y garrotes. Además, Zuleta lleva a sus espaldas un sinnúmero de homicidios sea que él mismo los haya ejecutados o a través de otras personas. Zuleta además es uno de los grandes testaferros con que cuenta Jorge 40. Solamente en sus predios de Astrea, municipio del departamento del Cesar, Zuleta guarda alrededor de 7 mil cabezas de ganado de las casi 40 mil que el jefe paramilitar hurtara a lo largo y ancho de la región costeña. Cuentan quienes han trabajado para este individuo, o mejor, quienes han logrado sobrevivir, que Poncho Zuleta detesta que le cobren por los servicios que se le prestan. Ser acreedor de Poncho Zuleta es un riesgo que puede ocasionar la muerte. Recordarle a Poncho Zuleta una obligación contraída puede ser lo último que una persona haga en su vida. Además, Poncho Zuleta posee una particularidad que solo era atribuible a los gatos: MATAR POR DIVERSION. Comentan que a Poncho Zuleta le fascina afinar su puntería utilizando como blanco peones que laboran en sus fincas.

Lo anterior es apenas una pequeña muestra de lo que son capaces ciertos “artistas” vallenatos que sin embargo, son ídolos para ciertos grupos de gente, muchos los aclaman, los idolatran y le rinden todo tipo de honores. Hace un tiempo, un alienado hincha se lamentaba por el “daño” que Doris Adriana Niño le había ocasionado a Diomedes Díaz. ¡Tamaño despropósito!

Todos estos son lunares del folclore vallenato y celebro cuando alguien más los hace público y da a conocer sus protagonistas. Pero considero injusto que se pretenda estigmatizar una manifestación cultural como la nuestra, noble en sus fines originales, y que además, también es víctima del salvajismo de quienes se consideran sus dueños.

Este es mi punto de vista, y sería un hipócrita si pretendiera ocultar hechos tan graves como los arriba mencionados. En honor al vallenato pienso que es mejor que aflore toda la verdad.

(Abril 10 de 2006)

Igual que a través de mi anterior intervención, opino que quienes pretenden hacer creer que el vallenato es lesivo, y que por lo tanto debe desaparecer del ambiente, están haciendo un enfoque equivocado del asunto. El vallenato, el genuino, fue una manifestación folclórica a través de la cual nuestros antepasados, pobladores del Valle de Upar, narraban el diario acontecer de la región. De tal forma que el vallenato fue durante algún tiempo un medio de difusión, de narrar la historia de un pueblo. Incluso, hoy se componen algunas letras inspiradas en hechos de la vida real. No le veo nada malo en eso. Otra cosa son ciertos intereses que se mueven alrededor del vallenato, que han llevado a que se estigmatice tanto al vallenato como a sus intérpretes y seguidores.

En este contexto están quienes han hecho de este ritmo un instrumento alienante; locutores, pseudo periodistas y empresarios. De tal manera que en Valledupar y sus alrededores, lo mismo que el la Guajira, el grueso de la población vive convencida que el vallenato es el eje alrededor del cual gira el universo, y esto es grave por que una expresión cultural no debería servir de medio para perpetuar la ignorancia de un pueblo. Como es lamentable también, que en ciertos poblados de estos departamentos e incluso, en ciertos lugares de Valledupar, una persona pueda ser objeto de agresión o en el peor de los casos resultar muerta, por el solo hecho de hacer una critica a individuos como Poncho Zuleta, Diomedes Díaz o Silvestre Dangond, quienes gracias a la ignorancia generaliza han ganado status de dioses.

Hace unos años, Diomedes Díaz recibió libertad condicional en desarrollo del proceso que se le seguía por haber asesinado a Doris Adriana Niño y en el momento en que se anunciaba que este asesino abandonaba el recinto carcelario, el locutor de una emisora de los Char de Valledupar, de nombre Javier Fernández Maestre, hizo sonar el himno nacional en su honor. Diomedes Díaz acababa de cagarse en la Justicia y la sociedad colombianas, y como si esto no fuera suficiente, un atarbán e irresponsable, de nombre Javier Fernández Maestre, le limpia el trasero nada menos que con una de nuestras insignias patrias. Pero faltaba más, al día siguiente el alcalde de Valledupar, un hampón de nombre Johnny Pérez Oñate, organizó en honor del asesino uno de los desfiles más vistosos y concurridos que se hayan visto en esta ciudad. Actitudes de este tipo no hacen otra cosa que evidenciar los niveles de ignorancia de una población y la precariedad moral de quienes arrogantemente se creen sus líderes.

Pero como afirmara en mi primer escrito, no es Diomedes Díaz la única peste que ha brotado de esta tierra. El comportamiento de Poncho Zuleta y su vida de antisocial no se podrían plasmar en uno o dos tomos. Cualquier ser humano con una mediana moral debería experimentar vergüenza de sentirse paisano de un monstruo como Poncho Zuleta y de que a pesar de su negro historial, a este individuo se le considere un “digno” representante de nuestra cultura.

Hace ya bastantes años, luego de su debut oficial de criminal, que como ya lo dije en mi escrito anterior, fue mediante una masacre a orillas del Río Guatapurí, Poncho Zuleta protagonizó otro capitulo de su vida, muy rica en hechos de sangre.

“La sangre llama” dice el titulo de uno de sus cantos, Y Poncho Zuleta no podía resistirse al llamado de la sangre. Y en efecto, Poncho Zuleta cultiva la amistad de otro individuo igualmente poseedor de un abultado prontuario criminal, el cual era conocido por el remoquete de “pollo” Monrroy. Con una maestría increíble el “pollo” Monrroy ejecutaba sus acciones criminales dejando boquiabiertas a las autoridades. Fue esa especie de magia maligna del “pollo” Monrroy la que cautivó a Poncho Zuleta y dio origen a la amistad entre los dos antisociales.

A pesar de los negros lunares que existen a lo largo de su vida, Poncho Zuleta es una especie de Giacomo Csanova costeño. Por su parte, el “pollo” Monrroy tenía de compañera una joven llena de encantos. Y es esta circunstancia la que desencadena los hechos que conforman el segundo capitulo de la carrera criminal de Poncho Zuleta.

Cada que tenía la oportunidad, Poncho Zuleta intentaba seducir a la mujer de su socio, pero esta por fidelidad, o por que conocía de sobra la joyita que tenía por marido, jamás cedió ante las pretensiones de Poncho Zuleta. Acostumbrado a ver a sus pies mujeres de todo tipo, Poncho Zuleta no se dio por vencido y decidió lograr por la fuerza lo que no pudo con sus palabras. La mujer fue violada por Poncho Zuleta y al saberlo, el “pollo” Monrroy se sintió como si él hubiese sido la victima. Terminó la amistad y el “pollo” Monrroy juró que esta vez seguiría al pie de la letra la consabida sentencia bíblica según la cual, con la vara que midas serás medido… Y en efecto, el “pollo Monrroy hizo todo cuanto pudo para penetrar a la casa del violador de su mejer, pero el día que lo logró, solo encontró a Luzmila, la esposa de éste y la empleada del servicio. Las dos mujeres fueron violadas por el “pollo” Monrroy y quienes lo acompañaron dejando la serie empatada, una violación por bando.

A pesar del empate, ambos delincuentes se sentían heridos en lo más profundo del ego por lo que en adelante, el propósito de uno y otro fue matar al adversario. Ni Poncho Zuleta ni su hermano Emiliano se atrevían a sacar la nariz más allá de las ventanas de sus casas. Era tanto el temor al “pollo” Monrroy, que por casi tres años se abstuvieron de acudir a los estudios de grabación en Bogotá, pasando todo el tiempo encerrados en sus casas de Valledupar, las que permanecían rodeadas de individuos armados en prevención de cualquier sorpresa.

A pesar de ser esta una pelea entre delincuentes, el Das, la Policía y demás autoridades del Estado estaban del lado de Poncho Zuleta dando la sensación de que el único antisocial era el “pollo” Monrroy, quien era buscado como una aguja. Un tiempo después el “pollo” Monrroy fue capturado en Bogotá por el Das y de inmediato trasladado a Valledupar, siendo recluido en la cárcel local. Era tal el temor que este hombre infundía a Poncho Zuleta y su familia, que ni siquiera el hecho de estar tras las rejas les animaba a dar un paso más allá de la puerta de la casa. Se requería una solución urgente y definitiva que garantizara a la familia Zuleta su libre movilidad por lo que todas las autoridades trabajaban en ese sentido. Desgraciadamente para el “pollo” Monrroy, entre todas las posibles soluciones presentadas a la familia Zuleta, solo una les brindaba plena confianza: su muerte.

Así las cosas, el Das, la administración de la cárcel y algunos “prestantes” miembros de la sociedad vallenata entre los que se encontraba Darío Pavajeau Molina, famoso gallero y ex alcalde de la ciudad, empezaron a trabajar en aras de que la tranquilidad y el sosiego volvieran al seno de la familia Zuleta Díaz. A partir de aquí aparece en el libreto alias Cartagena, lugarteniente de confianza de Poncho Zuleta, copartícipe material de la masacre a orillas del Río Guatapurí, quien purgaba una pena en la cárcel vallenata por los mismos hechos. Con la anuencia del alias el “negro” Zabaleta, director del Das de Valledupar, y primo hermano de Emilio Vence Zabaleta, conocido por los escándalos sobre montajes de atentados a Uribe por parte del Das de Barranquilla, además de Álvaro Muñoz Peñalosa, administrador del penal y quien a menudo es saludado en los discos que graban los hermanos Zuleta, se introduce un arma de fuego que llega a manos de alias Cartagena. Dos disparos fueron suficientes para sacar de escena al “pollo” Monrroy y garantizar de forma definitiva la seguridad de la familia Zuleta Díaz.

Alias Cartagena pagó su pena por este y por el anterior delito y años después quedó en libertad. Sin embargo, a Poncho Zuleta, un curtido criminal de mil batallas, le preocupaba demasiado que alias Cartagena, igualmente criminal, pero empobrecido, rechazado por la sociedad y con la vejez pisándole los talones, conociera muchos aspectos de su lado oscuro. Fue así que un día cualquiera decidió poner fin a la potencial amenaza que representaba alias Cartagena y lo logró demasiado fácil. Poncho Zuleta invitó a quien hasta ese momento había sido su fiel e incondicional lugarteniente a dar un paseo por Urumita, un pueblo de la Guajira a treinta minutos de Valledupar y una vez allí, le pidió que lo acompañara a un lugar en las estribaciones de la serranía de Perijá donde lo entregó a la guerrilla alegando que vivía extorsionándolo. La guerrilla no dudó un instante de las afirmaciones de Poncho Zuleta en contra de alias Cartagena y lo ejecutó en el acto. Aclaro que para la época, y contrario a la situación de hoy, la guerrilla y Poncho Zuleta se la llevaban muy bien al punto de que la subversión había incorporado como uno de sus himnos un canto grabado por los hermanos Zuleta en forma de protesta, llamado Los Maestros.

A pesar del sinnúmero de historias escabrosas como esta, que han conformado el diario acontecer de la vida de ciertos interpretes vallenatos, tipejos como Diomedes Díaz, Poncho Zuleta y, Silvestre Dangond y Peter Manjarez quienes les siguen los pasos, son ídolos que con solo bostezar hacen orinar multitudes.

Quiero terminar insistiendo en que no es el vallenato como manifestación folclórica el responsable de la crisis de valores y el revesamiento moral que experimenta esta sociedad, sino el cúmulo de intereses malsanos que se han ligado a este ritmo, llámese corrupción, narcotráfico o violencia. Mi clamor es en el sentido de que hagamos algo, que denunciemos y demos a conocer todo esto antes de que aparezca algún loco proponiendo la canonización de alguno de estos delincuentes. O que continúen desde nuestras embajadas incluyendo en delegaciones culturales a estas lacras, como ya lo han hecho la embajadora en España y el embajador en México hace un tiempo, invitando a esos países a Poncho Zuleta y Diomedes Díaz. La basura social no puede arrogarse el honor de representarnos culturalmente ante el resto del mundo.

Robert (Abril 25 de 2006)

'Poncho' Zuleta se entregaría hoy a las autoridades



Tomado de El Informador - La Guajira (Enero 12 de 2010)

Después que su pool de abogados tratara con argumentos levantar la orden de captura que profirió la Fiscalía Quinta Especializada de Valledupar, contra el reconocido artista de la música vallenata, Tomas Alfonso Zuleta Díaz, éste podría entregarse a las autoridades en las próximas horas.

La razón, el artista está interesado en aclarar su situación jurídica en la que fue involucrado por tres ex combatientes de las AUC, del frente 'Mártires del Cesar', quienes lo acusan de ser colaborador de las autodefensas y de haberse reunido con el desmovilizado alias '101'.

Estas aseveraciones las hicieron los ex miembros de las autodefensas denominado con los alias de 'Cocoliso', 'Tatú' y 'Centella'; en ese orden, la Fiscalía le imputa el delito de concierto para delinquir, situación que lo sorprendió a finales del año 2009.

Entre los apuntes a los que tuvo acceso este medio periodístico, es que los ex combatientes dijeron que el artista organizó una reunión en su finca 'Las Tamacas' en donde ellos estuvieron presentes.

Se hace meritorio indicar que por estas declaraciones el artista fue citado a la Fiscalía y manifestó no conocer a estas personas, como también negó haber apoyado a los miembros de las autodefensas.

EL INFORMADOR, conoció que para la Fiscalía, el testimonio que tuvo mayor asidero fue el que hizo Omar David Celedón Calderón, alias 'Cocoliso', de ahí parte la orden de captura, la cual fue entregada a todas las autoridades para que la hagan efectiva.

En el proceso aparecen involucradas más de 30 personas, quienes resultaron comprometidas por los testimonios entregados por los desmovilizados al fiscal que lleva el caso; sin embargo no se ha conocido si sobre ellas pesan órdenes de captura, lo cierto es que están en la mira de la Fiscalía el empresario Benjamín Calderón y el ex candidato al concejo de Valledupar, Moisés Andrade.

Los medios de Valledupar contactaron al representante del artista Joaquín Guillén; quien manifestó que no saber la ubicación del músico, pero que él está interesado aclarar su situación con la justicia.

Esta decisión de un juez de la República ha afectado al artista en lo económico, ya que no ha podido cumplir con sus compromisos artísticos y conciertos, retrasando además el lanzamiento de su nueva producción discográfica.

sábado, enero 09, 2010

Algunos miembros del FRAVA lo anunciaron: Orden de captura contra el cantante ‘Poncho’ Zuleta


Tomado de EL Heraldo, Bogotá

La Fiscalía Quinta Especializada de Valledupar profirió una orden de captura contra el cantautor villanuevero Tomás Alfonso Poncho Zuleta por el presunto delito de favorecimiento a grupos de autodefensas, y ayer el artista anunció por medio de su abogado que se entregaría ante las autoridades competentes el martes.

Se conoció a través de uno de los abogados que Poncho Zuleta habría solicitado a la Fiscalía le fuera revocada la medida para agilizar su presentación ante el organismo investigador, situación que fue negada debido a que la fiscal que lleva la investigación goza de su periodo de vacaciones y el encargado no cuenta con facultades para esta determinación, informó Caracol Radio.

A este mismo proceso fueron vinculados el ex candidato al concejo de Valledupar, Moisés Andrade y el empresario del chance Benjamín Calderón.

El mismo periódico, de Barranquilla, había publicado el 3 de enero de 2010:

‘Poncho’ Zuleta espera aclarar su situación con la Justicia

Valledupar.

Por el delito de concierto para delinquir a raíz de la supuesta financiación del bloque norte de las Autodefensas es investigado el cantante vallenato Alfonso Poncho Zuleta Díaz.

Las indagaciones las adelanta la Fiscalía desde hace un año cuando Omar Calderón Celedón, alias Cocoliso, antiguo jefe de seguridad de los subcomandantes del bloque norte, afirmó en audiencia que Zuleta visitaba con frecuencia el corregimiento La Mesa para llevarles dinero a los jefes paramilitares.

EL HERALDO intentó dialogar con el cantante vallenato, pero no fue posible ya que, según su representante Joaco Guillén, se encuentra en las afueras de la ciudad. Sin embargo, Guillén indicó que se espera un pronunciamiento oficial de la Fiscalía ya que en ocasiones anteriores se ha dicho que Zuleta está tras las rejas, sin que sea cierto.

Negó que su representado se haya dado a la fuga, como también se ha comentado. JDR

http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/4/4ordendecaptura/4ordendecaptura.asp